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Considerando su éxito, con un millón de registros vendidos por todo el mundo (el más reciente, Humanoid, con la discográfica Universal, que ha salido exactamente hace un año), parecería natural para estos dos muchachos jóvenes - quienes han hecho tanto en una edad tan jóven - para dar todo por sentado. Y en cambio esto es solamente lo contrario: ellos parecen estar impresionados por encontrarse aquí. "Este palacio es magnífico, un tesoro artístico. No hay sitios como este de donde venimos," dice Bill con una risa ligeramente avergonzada.
Él se refiere al pueblo del este de Alemania Magdeburgo, donde el cuento de hadas de Tokio Hotel comenzó hace diez años. Ya a la edad de siete años, los gemelos Kaulitz tocaban la guitarra y experimentaban con looks extravagantes, que los hicieron destacarse como forasteros en la escuela. Tom estuvo obsesionado con Aerosmith y el guitarrista Joe Perry, mientras que Bill era un enorme fan de David Bowie y se fascinó con el talento transformable de "White Duke".
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